HISTORIA DEL JUEGO







Los primeros restos arqueológicos relacionados con el actual juego del dominó proceden de Caldea y tienen más de 4.000 años. Aunque el dominó actual parece tener su origen en China y es un descendiente  de los juegos con dados de seis caras.
Incluyo seguidamente un resumen del Capítulo I - Origen y Presentación, del libro de Alfredo Fernández Porras, denominado “El Arte de las 28 piedras”, cuya lectura recomiendo.



ORIGEN DEL DOMINO



El origen de este juego es muy remoto, pero no se sabe con exactitud cuando fue inventado. Se atribuye este hecho a  individuos de diversas naciones: principalmente a los chinos, aunque también a los árabes, griegos y egipcios.



Varios Siglos antes de Cristo, los chinos lo utilizaron en sus ratos de ocio. Allí hay pruebas de que el dominó es tan viejo como el juego de naipes. Las fichas del dominó chino, llamadas por ellos cartas pintadas, están diseñadas para representar todos los tiros posibles de una pareja de dados, y en consecuencia no tienen blancos. Sin  embargo, no hay indicios para suponer que el dominó occidental se haya derivado del chino, y aunque lo practicaban los antiguos griegos y hebreos, en la Europa Central ese pasatiempo es relativamente nuevo, sin indicios de su existencia hasta el siglo XVII en Italia y Francia. Los franceses lo introdujeron en  Inglaterra hacia finales de los 700.



Documentación de origen español atribuye la invención del juego al monje Alcuim Gregebert de la Abadía Montecassino, en la Italia Meridional. Según esta versión, este monje, para contrarrestar el tedio, idea un juego que podía practicarse sin hablar una palabra, para no quebrantar la norma del silencio. El ganador se limitaba a murmurar el primer versículo del Salmo CIX : “Dixit Dominus Domino Meo” (Dijo el señor a mi Señor), con lo que  indicaba que había terminado la recreación y se iniciaba el rezo canónico de vísperas. Tal fórmula se simplificaría poco después en la palabra “Domino”, la cual luego se transformaría en aguda, dando nombre al juego.



Por otra parte, entre los años 1170 y 1221 vivió Domingo de Guzmán, predicador español, fundador de la orden de los dominicos (en 1206), cuyos monjes, trece años después, para sus ceremonias formales y viajes, sustituyeron su hábito tradicional, por una túnica, con escapular y capucha blancos de lana, acompañados por un manto negro. Esta vestimenta fue adoptada mas tarde de manera oficial como ropaje distintivo : blanco y negro, como la ficha.



Los dominicos fueron misioneros de gran mística y empuje durante la expansión mundial de Europa, junto con los exploradores españoles, portugueses y franceses.  En el siglo XVII, misioneros de esta orden penetraron en China, Japón y Filipinas, donde fueron activos propagadores de la educación y la fe, amén de receptores de cultura.



Otras opiniones se inclinan hacia que el dominó chino pudo pasar a Europa durante el siglo XIV, o aún antes ; primero con las cruzadas, luego con el envío pontificio de misioneros y después con los viajes de Mateo, Nicolo y  Marco Polo.



Este último atravesó Asia por Mongolia y permaneció durante 17 años en China, al servicio del Gran Khan Kubilai, e inició una comunicación rica e intensa con el Lejano Oriente, previa al importante tráfico comercial y cultural conocido como La Ruta de la Seda o la Ruta de las Especias. No tiene nada de extraño que así como tuvimos contacto con el budismo, la porcelana, la brújula, la pólvora y la imprenta, el dominó se insertara en occidente desde China, el Océano Indico o el Mediterráneo, llevado en las alforjas de los mercaderes florentinos, venecianos o genoveses.



A partir de allí, tal vez  el juego sufrió modificaciones, hasta el siglo XVIII, cuando para la posteridad se registró oficialmente su existencia y se expandió la afición por el resto de Europa, con las características propias que le dió cada región.



No obstante esta excelente argumentación, de hecho pudiera ser igualmente válida si se le adjudica la creación del dominó a los árabes, griegos o hebreos.



En cuanto al nombre, según la Real Academia Española, existe una palabra en desuso : domino, la cual se origina de la voz latina dómino, que significa yo gano, y de la cual derivó dominó, vocablo francés.



Para algunos la voz proviene de la similitud con una particular vestimenta de gala : el famoso traje talar, entero y largo hasta los tobillos, en blanco y negro , o en dos tonos definidos y con capucha llamado dominó, que usaban los sacerdotes durante el invierno para asistir al coro.



Después la palabra dominó como vestimenta se aplicó a los capotes con capucha usados para los viajes, y luego a los vestidos con este aditamento, que servia para ocultar el rostro y que en nuestra época solo se usan como disfraz de Carnaval o en las funciones de máscaras.



Es tan popular el juego y tan sumamente estrecha su identificación con la combinación del blanco y el negro, que en el mundo desarrollado, ciertas golosinas con este aspecto cromático contrastante, reciben el nombre de dominó. En Venezuela, un famoso relleno de arepa : queso blanco rallado y caraotas negras se llama también DOMINÓ.



En general, asociado al término está una congregación religiosa y los monjes que usaban la mencionada capucha llamada dominó y que pudieron ser muy bien los mismos que jugaban con aquellas piedras de origen chino. En los silenciosos conventos, donde se practicaba el pasatiempo, sólo hablaba el que ganaba, para advertir enfáticamente : “ DÓMINO”  = “Yo  Gano”.



Y es que la palabra dominio viene del latín dominium que quiere decir poder, superioridad, señorío sobre personas o cosas y es en el mejor sentido lo que es el juego : “el dominio”.



En todo caso, aun cuando ninguna de las diferentes versiones o hipótesis formuladas en relación al origen del dominó tiene rigurosa comprobación histórica, lo importante es que el juego se impuso como moda, y de la Italia del siglo XVII , en poco tiempo se amplió su práctica al resto del continente Europeo, con particular arraigo quizás en la Europa Latina, específicamente en Francia y España, países que ejercieron una enorme influencia sobre todos los países civilizados del mundo, incluyendo los del continente americano, forjando su propia historia del dominó.

 
Los dominós son piezas rectangulares pequeñas, tradicionalmente talladas en marfil o en hueso, con pequeñas hendiduras circulares de color  ébano. Estas piezas denominadas fichas o piedras se pueden utilizar para jugar muchos juegos diferentes. El nombre para este juego puede derivarse del negro sobre fondo blanco. “Dominó” es la palabra francesa para una capucha sacerdotal cristiana de invierno, la cual era negra por fuera y blanca por dentro. El “dominó” es también un estilo de disfraz que representa un motivo blanquinegro.



El dominó más viejo conocido es de una fecha alrededor de 1120 D.C. Los dominós, como la mayor parte del mundo Occidental los sabe, sin embargo, parecen ser una invención china. Ellos fueron derivados aparentemente de los dados cúbicos, los cuales fueron introducidos en la China desde la India, en un pasado muy lejano. Cada dominó representó originalmente uno de los veintiún resultados de tirar dos dados: Una mitad de la ficha contiene las pepitas de un dado y la otra mitad contiene las pepitas del segundo dado. Los juegos chinos de dominó introducen también los duplicados de algunos tiros de los dados y dividen los dominós en dos clases: el militar y el civil. Los dominós chinos son también más grandes que los dominós europeos típicos.



Los dominós chinos con el tiempo evolucionaron en el conjunto de fichas utilizadas para jugar Mah Jong, un juego que barrió a través de los Estados Unidos en 1920.



Algún tiempo en los comienzos del siglo XVIII, el juego de dominó avanzó a Europa, haciendo su primera aparición en Italia. Es sorprendente que haya  transcurrido este largo tiempo para que el juego hiciese este viaje, ya que el camino de seda habría estado abierto desde bastante tiempo antes de esta fecha.



El juego cambió algo en la traducción de la cultura china a la cultura europea. Los juegos europeos ni contienen diferencias de clase ni los duplicados que fueron con ellos. En vez de eso, los juegos de dominó europeos contienen siete dominós adicionales, de los cuales seis de estos representan los valores que resultan de tirar un solo dado con la otra mitad de la ficha en blanco. Curiosamente, hay también una séptima ficha con blancos en ambos lados. Quizás esto se hizo ppr simetría y para que cada uno de los juegos resultantes contuviera siete fichas.



Otro aspecto interesante es que los Esquimales Americanos juegan también un juego que utiliza fichas, muy semejante a Dominós. Esto nos hace  preguntarnos si el juego no data de antes de la última migración oriental a través del puente de Asia o Europa a las Américas.